El editorial de Jonatan Viale que generó críticas kirchneristas: "El ajuste más severo de la democracia"
Una vez más nos han vendido gato por liebre. ¿Cuántas veces te sentiste estafado en tu vida? ¿Cuántas veces te paseó un taxista? ¿Cuántas veces pagaste una fortuna por un vino cualquiera? ¿Cuántas veces pagaste un hotel más caro de lo que valía? ¿Cuántas veces tu equipo gastó millones en un jugador normalito?
En la Edad Media los viajeros frecuentaban posadas y hosterías. Muchas veces los dueños de estos establecimientos engañaban a sus clientes aprovechando que estaban en la ciudad por un tiempo corto. El engaño estaba en darles carne de menos calidad a la que ofrecían a los residentes, publicó a24.com.
"Tengo para usted, distinguido turista, la mejor carne de liebre que habrá probado en su vida. Eso sí, deberá abonar por única vez la suma de 25 monedas de oro". Cuando llegaba el momento de la verdad, en el plato había un pedazo fibroso de carne de gato. Incomible.
Se había consumado la estafa: le habían vendido gato por liebre.
Nos vendieron solidaridad económica. Nos vendieron reactivación productiva. Nos vendieron un esfuerzo para terminar con el hambre en la Argentina. Nos vendieron un Papá Noel peronista que regala bonos para pobres y jubilados.
Nos vendieron un buzón. Lo que tenemos, en realidad, es al Santo Patrono del FMI, ajustando 2 puntos del PBI en 10 días de gestión. El famoso lobo con piel de cordero.
Pensaba con bastante ingenuidad: ¿qué hubiera pasado si el gobierno de Macri ajustaba con una ley $660.000 millones de pesos?
Opción 1: le prendían fuego la Casa Rosada.
Opción 2: saqueaban Olivos.
Opción 3: secuestraban a Juliana y Antonia.
Opción 4: todas las anteriores son correctas.
Les propongo que entendamos juntos entonces la magnitud del ajuste que se votó en 48 horas, entre el jueves y el viernes, en la Argentina.
¿A qué equivale hoy 2 puntos del PBI, según Chequeado.com? 34 mil nuevos jardines de infantes, 363 millones de AUH, 71 millones de jubilaciones mínimas, 66 mil kilómetros de ruta repavimentadas.
Hay que reconocerlo, el peronismo es el único partido de la Argentina capaz de conseguir semejante ajustes sin generar un caos colectivo. Por mucho menos, hace dos años el gordo Bazooka y sus amigos del Polo Obrero tiraron 260 toneladas de piedras y casi invaden al Congreso al mejor estilo Walking Dead.
¿De que se trata entonces este paquete solidario que congela las jubilaciones, que aumenta las retenciones al campo y que equipara a la clase media con ricos pagando bienes personales? A una hermosa carta de presentación para el Fondo Monetario y para los tenedores de bonos argentinos:
"Hola, chicos, soy Alberto. Les quería decir que no soy el monstruo populista que ustedes imaginaban. Miren cómo les meto las manos en el bolsillo a los argentinos en nombre de terminar con el hambre".
Eso sí, hay algunas excepciones. Congeló las jubilaciones, salvo para Menem, Boudou, Cristina, Chacho Álvarez, Cavallo y Ruckauff. Subió las retenciones, salvo para el petróleo y la minería.
Se solicita con suma urgencia información sobre el paradero del senador Pino Solanas. Ah, perdón, me informan que está en París como Embajador ante la Unesco. Mil disculpas, Pino, lo dejamos que siga trabajando contra el fracking.
Lo divertido también fue ver los increíbles versos y piruetas discursivas que tuvieron que hacer algunos legisladores kirchneristas para justificar hoy lo que repudiaban ayer.
"Con los abuelos no", pero como dice Alberto Fernández, estas dulces ovejitas son los mismos lobos feroces que hace dos años provocaron los desmanes en el recinto y en las calles de Buenos Aires.
También luce increíble que gran parte del periodismo argentino no haya sufrido un ataque de amnesia. Pocos recuerdan que hace muy pocos meses el entonces candidato a presidente Alberto Fernández prometía subir las jubilaciones un 20% apenas asumiera.
Con lo cual, lo que debemos hacer es no enojarnos tanto con esta gente sensible que tiene una clara superioridad moral y bajo la bandera de la solidaridad vuelve a empomar a los mismos de siempre: los jubilados, la clase media y el campo. Para que ganen los mismos de siempre: el FMI, los acreedores de deuda y la corporación política.